viernes, 29 de abril de 2011

"CONTAGIEMOS LA VISIÓN"

1 Crónicas 29

Hay ideas sumamente brillantes que se quedan solo en eso, ideas. Pero cuando somos capaces de plasmarlas en un proyecto, para que a partir de este, contagiemos a todos los que tengan que intervenir y logramos materializar tal idea, es cuando realmente transformamos nuestra vida personal, de nuestra organización o comunidad.
Retomemos el caso del proyecto de la construcción del primer templo de Jerusalén, David tuvo esta idea, luego se la comunicó al profeta Natán, Dios le manda un mensaje a David diciéndole que acepta la idea, pero que no le tocará a David culminar este proyecto, sino que será su hijo Salomón quien ejecute la obra.
David, no se desanima, al contrario, dedica muchos esfuerzos en transmitir y animar a su hijo Salomón para abrazar tan magnifico plan; David hace el proyecto arquitectónico plasmándolo en planos; con el proyecto en mesa, se da una idea de todos los recursos necesarios y comienza a realizar los preparativos.
Reunió gran cantidad de materiales, dinero y mano de obra; pero se dio cuenta que no era suficiente, entonces recurrió a todo su gabinete, a sus oficiales de gobierno y los convence para apoyar a Salomón. Este fue un gran logro, pero aun no era suficiente, el proyecto era de tal magnitud que se requería del apoyo de toda la nación; es admirable el entusiasmo de David, pues convoca al pueblo y les pide apoyo, no solo moralmente, sino en contribuciones económicas. Dice la escritura “Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente” V.9, con esto, ya no se trataba solo de un proyecto familiar ni de gobierno, sino un gran proyecto nacional donde todos participaban con alegría. Empezando con el rey, quien había dispuesto parte de su fortuna personal para tal fin.
El relato bíblico nos narra que el pueblo se reunió para la coronación de Salomón como próximo rey y para entregar estas ofrendas: oro, plata, bronce, hierro, madera, piedras preciosas, etc.; pero sobre todo, para adorar a Dios. En este evento David hace una preciosa oración a Dios, de la cual quiero rescatar un fragmento: “Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.” V. 13 y 14
Conclusiones:
• Demos ofrendas y diezmos con alegría y con voluntad, es un gran privilegio colaborar con los proyectos de Dios. Además, nada es nuestro, solo devolvemos un poco de todo lo mucho que nos da.
• Muchas ideas brillantes, en realidad no son nuestras, vienen de Dios, como el caso de David y el templo. Si vienen de Dios, hay que darle para delante.
• Por más grandiosa que sea una idea, no sirve para nada; al menos que se convenza a todos los actores participantes, se eche a andar y se concrete hasta el final.


TRANSFORMADOS PARA SERVIR
JOSIAS I.G.

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