martes, 26 de abril de 2011

"SI SIRVES ¡SI SIRVES!"

1 Crónicas 26

Hay ciertas labores a veces consideramos de segunda categoría, me refiero a las labores de servicio, como realizar la limpieza, cargar cosas, vigilar el acceso a una puerta, etc.; cosas que la mayoría de la gente no quiere realizar; sin embargo, cuando las realizamos con alegría, nuestro carácter y espíritu se ven fortalecidos.

En el capítulo anterior, vimos que los músicos en el templo de Jerusalén desempeñaban una muy importante labor, seguramente envidiada por muchos; sin embargo, para Dios las labores del servicio se encuentran en la misma categoría que todas. Muestra de eso es que el cronista investigó quienes fueron los porteros o vigilantes en el templo y registró sus nombres junto con los músicos y junto con los ministros de estado del reino de David.
No cualquiera podía desempeñar con excelencia la labor de vigilante de portero en el templo, se requería aptitud y actitud. Entre estos trabajadores destacan los hijos de Obed-edom, de los cuales dice la escritura que eran hombres robustos y fuertes para el servicio; los porteros eran los encargados de vigilar el acceso a los lugares de adoración, por lo que debían tener buena educación para tratar a la gente y ser versados en los estatutos de la palabra de Dios para poder orientar adecuadamente a los adoradores. El cronista no pasa por alto que Obed-edom y sus hijos fueron grandemente bendecidos por Dios debido a la diligencia en su servicio.
Además de las aptitudes propias de un buen vigilante, los porteros podían aportar un valor agregado a su labor, como lo es el caso de Zacarías, hijo de Selemías quien dice la biblia que era un consejero entendido. Este hombre seguramente fue usado tremendamente por el Señor para dar palabras de aliento y dirección a muchas almas en necesidad.
Es importante recordar que Dios había escogido la tribu de Leví para que le sirviera a Él y a la comunidad, así que los músicos y los porteros de los que hablamos eran levitas. En su reino, David reorganizo a los levitas para un mejor servicio, a cada uno se le asignó trabajo de acuerdo a sus capacidades, ellos también fungían como almacenistas de los utensilios sagrados y de las provisiones del templo; también resguardaban el tesoro de la casa de Dios, y fungían como gobernadores en todo el país, “los cuales el rey David constituyó […] para todas las cosas de Dios y los negocios del Rey”. V.32
Reflexionemos:
• No menospreciemos las labores de servicio, pues a través de ellas llevamos bendición a otros, somos útiles y aprendemos humildad.
• Todos tenemos un lugar en el reino de Dios, no dudes que el Rey te ha dado grandes aptitudes para servirle, otras las adquirirás, pero la actitud depende de ti.


TRANSFORMADOS PARA SERVIR
JOSIAS I. G

No hay comentarios:

Publicar un comentario