lunes, 11 de abril de 2011

"TUS DESEOS SON ÓRDENES"

1 Crónicas 11
Normalmente cuando usamos la frase “tus deseos son órdenes” lo hacemos como un cumplido, cuando queremos quedar bien con nuestros jefes, o con la chica que nos gusta, o el chico, o bien, el esposo o esposa, según corresponda.
¿Qué pasaría si usáramos esta idea no como cumplido verbal sino como filosofía para desempeñar nuestro servicio? Se trata de dar el extra, no solo hacer lo que nos corresponde. Precisamente este capítulo de la biblia nos cuenta la historia de tres hombres que saltaron al “salón de la fama del salón de la fama” por aplicar esta filosofía del servicio: En una ocasión cuando Belén estaba ocupada por soldados enemigos, David expresó: “quien me diera a beber del agua del pozo de Belén”, tres de sus soldados que lo oyeron, irrumpieron entre las filas enemigas, se escabulleron sigilosamente hasta el pozo y regresaron trayendo el agua para su líder.
David se conmovió tan profundamente al ver lo que Eleazar hijo de Dodo y sus dos acompañantes fueron capaces de hacer por él, que no quiso beber el agua, ya que para él significaría beber la sangre que sus tres amigos arriesgaron por cumplirle el deseo; en lugar de eso ofreció el agua a Dios derramándola al suelo en una acto de adoración. Con esta acción, estos tres valientes, que ya eran considerados entre los 30 soldados de élite de David, ganaron un nuevo honor, ahora se conocen como los “tres valientes”.
Dicen los versículos 9 y 10 de este capítulo: “David iba adelantando y creciendo, y Jehová de los ejércitos estaba con él. Estos son los principales de los valientes que David tuvo, y los que le ayudaron en su reino, con todo Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová.”
El libro de Crónicas, después de dedicar la primera parte a las genealogías, recapitula la historia de Israel a partir del establecimiento de la monarquía, narra brevemente la historia de Saúl, para enfocarse en el segundo rey llamado David.
Los versículos mencionados anteriormente destacan que David tuvo éxito como rey, porque Dios le ayudó. ¿Pero como es que Dios le ayudó? A través de sus soldados, principalmente. ¿Y que ganaron esos hombres que hasta arriesgaron su vida? Como ellos entendieron que su misión era ayudar al ungido de Dios, Dios les ayudó a ayudarlo, protegió sus vidas, les permitió hacer grandes hazañas. Al buscar honrar a su rey, ganaron honra en el salón de la fama bíblico “los valientes de David”
Para pensar:
• En nuestro rol de subordinados: ¿Damos el extra? ¿Tratamos de adelantarnos a lo que nuestro jefe, nuestro trabajo o nuestro líder espiritual necesita? ¿Hacemos el sacrificio, o por lo menos el esfuerzo para hacerlo?
• En nuestro rol de líderes: ¿Nuestros colaboradores nos estiman de tal modo que buscan nuestro crecimiento? ¿Por qué?

Transformados para Servir
Josías I. G.

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