1 Crónicas 27
¡Como me gustaría tener en mi país, en mi provincia y ayuntamiento un gobierno dirigido por Dios! Donde la asignación de cada puesto de mando fuera consultado con el creador. Donde los funcionarios estuvieran para servir al pueblo y no para servirse a sí mismos. Donde el caso de la viuda y el huérfano fuera atendido con buen juicio y misericordia.
¿Habrá existido en la historia de la humanidad algún sistema de gobierno como el que se anhelo? El capítulo 27 del primer libro de las crónicas registra la organización del reino de David, el cual sin lugar a dudas se acercaba por mucho al gobierno ideal.
En este reino, el máximo gobernante había sido elegido por Dios. David fue ungido para ser el rey de Israel, los líderes del pueblo reconocieron que el Señor estaba con él, vieron en él cualidades para ser el máximo gobernante de su patria y terminaron coronándole rey. ¿Ahora, por qué fue el elegido de Dios? Dice la escritura que David era un varón conforme al corazón de Dios, tenía como principio rector de su vida el consultar a Jehová antes de tomar decisiones trascendentales. Podemos entonces estar seguros, que el aparato administrativo creado por David fue guiado por Dios;, este hombre fue un estadista brillante, muy capaz y con un genio militar sorprendente; pero su máximo acierto fue buscar la guía y la ayuda de Dios para construir su reino.
¿Cómo estaba estructurado el gobierno de David? Tenía un ejército regular de 288,000 soldados, organizado en 12 divisiones de 24,000 guerreros al mando de 12 hombres leales y capaces, quienes a su vez eran asistidos por oficiales militares por cada 1000 y 100 efectivos; además contaba con oficiales sobre las tropas de reserva. Además de los militares, tenía oficiales civiles, como el tesorero de la casa real, el tesorero del reino, varios ministros de ganadería y agricultura especializados por tipo de producto, administradores de almacenes y un grupo de consejeros formado de hombres sabios, escribas y sacerdotes. Todo esto, además de los 4,400 de gobernadores mencionados en el capítulo anterior, los cuales además de llevar cuestiones civiles, instruían al pueblo en el conocimiento de Dios.
Este periodo de la historia bajo la monarquía de David, fue la época de oro del pueblo de Israel en los aspectos económicos, militares, sociales, y por supuesto, en el aspecto espiritual; por lo que este reino es la figura referente del bienestar y justicia del futuro reino de Dios bajo la autoridad de Jesucristo.
Reflexiones:
Tener un buen gobierno no depende de que sea capitalista, socialista o monarquía. Se requiere que tanto los gobernantes y los gobernados busquen la dirección de Dios, para que él indique como hacerlo.
El reino no surgió espontáneamente, el equipo de trabajo fue formado bajo una misma visión durante los 40 años de liderazgo de David.
Oremos por los gobernantes que ya tenemos. Empecemos a elegir líderes que vivan una vida guiada por Dios. Busquemos al Señor en esta época tan difícil para nuestros pueblos.
TRANSFORMADOS PARA SERVIR
JOSIAS I.G
No te preocupes tu estaras alli.
ResponderEliminar